frames of you

A veces me vienen flashes, momentos en los que no dejo de pensar en que nos están preparando. Es cierto que el virus ha estado y aún está ahí, y son ciertas las victimas mortales, los familiares heridos y el daño psicologico y socio-económico que ha causado y aún causa, pero... "Siempre hay un pero", me decía mi madre. Es obvio, que no soy un experto, ni tan siquiera nuestro gobierno, ni otros muchos lo son, ¿ pero como se gestiona un problema así ? no lo sé, ni me voy a meter. En lo que si me voy a meter, es, en la idea, el virus mental de la posibilidad de que nos " estén preparando". Y me explico, y si todo esto, no es que haya sido falso, ni mucho menos, pero ¿y si les ha venido bien para prepararnos como masas? es decir, aparte de todos los tratos, pactos, y tejemanejes ocultos que se hacen a última hora de la noche, o en grandes salas tomando cafe y croissants, ¿ y si, cuando vuelva a pasar, esto, o algo semejante ya no les fuera tan complicado hacerlo?

El gato de Koudelka. Indiferente Satanás me observa desde los ojos verdes de mi gato y yo le devuelvo la mirada. Me pregunta que si me apetece un té, yo por supuesto acepto. Mientras tanto me habla de la crisis que vivimos actualmente a nivel global, tiene unas ideas un tanto locas, aunque yo le escucho con  atención, se que me miente, siempre lo hace. Me despierto agónico, y sobresaltado.  En la mesita del salón hay dos tazas de té,  una es mía, la otra de nadie.  Y no tengo gatos.

Encender la luz. Cientos de veces, querer despertar de alguna horrible pesadilla, y buscar ese objeto salvador, buscar apresuradamente el interruptor que envuelva la habitación de una luz casi espiritual y que te saque de golpe de ese lugar donde lo absurdo y lo inverosímil reinan. Buscarlo con tal desesperación, que arrasas con todo lo que hay de por medio, para al fin encontrarlo, palparlo y pulsarlo, para darte cuenta y mas desesperación de que no funciona. El pequeño objeto que debería funcionar con un simple click, no lo hace, y no es lógico, porque en casa siempre hay luz, no  ha podido haber un corte, ningun interruptor funciona, y sigues atrapado en tu agonía onírica, solo para darte cuenta de que sigues soñando, solo que ahora despierto y consciente.

Hay lugares que no existen, paisajes oníricos construidos a partir de elementos que percibimos dia tras día. Estos lugares germinan durante nuestro periodo de actividad matinal, mientras trabajamos, hacemos deporte, cocinamos o nos tomamos un descanso. Y cuando llega la noche, y al fin nos relajamos completamente y cerramos los ojos, entramos en ellos. Aunque tal vez la palabra no fuese "entrar" si no mas bien aparecer, porque ya estamos ahí, hemos llegado sin saber muy bien como. Y son esos lugares donde lo increíble, lo imposible y lo horrible gobiernan, nos gobiernan. Esos lugares son poblados por elementos, conceptos, vivencias y son transformados en lo absurdo, para provocarnos a veces sueños plácidos, y en otros casos gritos mudos acompañados de movimientos a cámara lenta, " como debajo del agua " es la mejor comparación que ha hecho un amigo sobre ello. Y no podemos escapar, porque escapar requiere un punto A y cualquier otro punto alejado lo mas posible

Cada cierto tiempo releo el relato de Stephen King " Canto a la paranoia ", donde un sujeto escribe en forma de versos lo que esta sintiendo a su alrededor. Os lo recomiendo 100% a todos aquellos a los que les guste este género de lectura o el propio autor. De todo el relato la parte que mas me ha sobrecogido siempre ha sido la siguiente : " He visto extrañas luces en el cielo. Anoche, un hombre oscuro, sin rostro, se arrastró nueve millas entre el drenaje para salir por mi retrete, para escuchar mis llamadas telefónicas a través de la endeble madera con sus orejas de cromo. Te lo digo, lo oí." Y aunque lo que nos narra a lo largo del "canto" es verdaderamente estremecedor lo que mas me marcó en su día fue esa parte, imaginar que "un hombre oscuro" sería capaz de arrastrarse desde no sabe nadie donde hasta tu domicilio y aparecer por el retrete para escuchar tus llamadas telefónicas, es realmente terrorífico, porque no sabem

“Haz de tu sonrisa un paraguas y deja que llueva.” Agente Dale Cooper. 

No podemos proyectar nuestra personalidad en otros, por mucho que lo deseemos, cada uno, convive y lucha con su propio yo, y son a sus demonios a quien tienen que vencer. Se que estas flotando mas allá de Aldebarán, navegando tus propios mares de incertidumbre, y manejando una sala de máquinas obsoleta. Llámame sabes que responderé, al igual que tú lo harás conmigo, aunque tenga que esperar, esperaré, el universo se expande, no tengamos miedo, al fin y al cabo, todos, realmente todos navegamos sin rumbo y estamos perdidos. Pero nos veremos allí, en la decimotercera estrella mas brillante del cielo nocturno.

Flores que viven de otoño a primavera, que no les gusta el agua en abundancia y que su nombre popular viene del francés "penses", pensamiento. Leo en diferentes blogs, que cuando llega agosto, la flor comienza a marchitarse, e inclinarse hacia adelante y se asemeja a una persona reflexionando, sumergida en sus pensamientos. Una flor extremadamente vinculada con el amor y la poesía romántica, ya en la edad media la asemejaban con rostros humanos, "tres bonitas caras bajo una capucha". Pero de igual modo, sae lo que fuere, ¿ en qué pensáis vosotros?

Hay dos cabinas telefónicas en este lugar, una no conecta con nadie. La otra, con uno mismo.

La imagino en movimiento,  atrapándome en una espiral onírica. Los suaves pétalos son afilados como navajas que cortan y me angustian a partes iguales. Todo es brillante, en este mundo oscuro.

La tierra de los extraños.

Mejor no digas nada.

Autoretrato en la incertidumbre. Me gustaría, que escuchaseis esta cancion mientras estais a solas, relajados, boca abajo navegando en la incertidumbre. ¿ Que sensaciones os provoca?

Son días oscuros, y extraños, No se a que nos enfrentaremos. Tantas ventanas y vidas confinadas, nos queda la poesía y tu fotografía.