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Siesta. Afuera un calor infernal, y dentro estás atrapado haciendo la digestión con las mas horribles y extrañas pesadillas que el sueño puede ofrecer.  La hora de las brujas no son las 3 am, si no las 16 pm cuando realmente no hay nadie en la calle, bajo un sol abrasador y las chicharras destruyen muros con sus cantos.

Recuerdos del 89´ Ventanas, viajes al pasado. Siempre me he imaginado a todas las vidas pasando por delante y vigilando por detrás de ellas. Son tan propias como las almas que las atraviesan, viajes al pasado, viajes a otros planos de existencia, variaciones de uno mismo, son peores que los espejos, ya que éstas no te devuelven el reflejo fiel de ellos. Nunca estuve alli, pero lo recuerdo perfectamente. Ana, Manuel, Nuria, Ángel...todos estuvieron allí, un fin de semana de agosto de 1989. Amores de verano, amor de camping. 

Hacía tiempo que no lo hacíamos, y por fin nos pusimos de acuerdo. Salimos de trabajar, y esa misma noche dijimos de irnos a ver las estrellas, solo unos buenos amigos, unas latas de cervezas y aperitivos. ¿El objetivo?, sentarnos a mirar el abismo negro que se cierne sobre nosotros, y que ya casi nunca, observamos. Las teorías comenzaron a surgir, unos exponían, otros añadían, disentían, afirmaban...todo muy vagaz desde nuestras pequeñas mentes curiosas. El tema de la noche giraba sobre otros aspectos de la realidad, pero en concreto de que todo esto, todo lo que nos rodea y vivimos es tan solo un algoritmo matemático, y eso demostraría que todo esta escrito, y una de dos, o existe dios, o es un informático con una super computadora cuántica ( ver la serie de DEVS ). Luego, lo inevitable, pirámides por allí, visitas por acá, viajes en el tiempo blablabla. Fué en un cruce de caminos, lugar emblemático para pactar con el Diablo. Estuvo bien, hay que repetir, además ya queda inag