La señal de la colina
Hay lugares que no existen, paisajes oníricos construidos a partir de elementos que percibimos dia tras día. Estos lugares germinan durante nuestro periodo de actividad matinal, mientras trabajamos, hacemos deporte, cocinamos o nos tomamos un descanso. Y cuando llega la noche, y al fin nos relajamos completamente y cerramos los ojos, entramos en ellos. Aunque tal vez la palabra no fuese "entrar" si no mas bien aparecer, porque ya estamos ahí, hemos llegado sin saber muy bien como. Y son esos lugares donde lo increíble, lo imposible y lo horrible gobiernan, nos gobiernan. Esos lugares son poblados por elementos, conceptos, vivencias y son transformados en lo absurdo, para provocarnos a veces sueños plácidos, y en otros casos gritos mudos acompañados de movimientos a cámara lenta, " como debajo del agua " es la mejor comparación que ha hecho un amigo sobre ello. Y no podemos escapar, porque escapar requiere un punto A y cualquier otro punto alejado lo mas posible...